Domingo de Zavala. La guerra y la hacienda (1535-1614)
Carta de Domingo de Zavala a Luis de Requesens,
Madrid (sin fecha).
Datable en diciembre de 1575 (28-12-157556).
Copia (sin la firma de Zavala).
(Instituto Valencia de Don Juan. Envío 67, caja 91,307).
(Texto adaptado en su ortografía).
Y las galeras en que van los cien mil escudos han estado
Después acá no hay cosa de nuevo de las de mi comisión
en Palamós esperando ciertos despachos que se avían de
de que yo pueda dar cuenta a Vuestra Excelencia que no
enviar de aquí, que los pudiera haber llevado una fragata,
sea para lastimarle, pues la provisión del dinero está más
y ahora se tiene aviso que en Ciudad, que es cerca de
atrás que nunca, por lo que Zayas me ha dicho que escri-
Tolón, están siete galeotas y una galera de Argel reforza-
birá a Vuestra Excelencia como también lo haré yo.
das, esperándolas porque saben que llevan 300 mil escu-
La ida de Arziniega57 ha tenido tantos azares por falta de
dos al señor Don Juan.59 Con esta nueva las galeras no
los ministros que las despachan y por la de los marineros,
osan partir sin orden, y háse consultado esto al Rey, y no
y malos tiempos, que ya no se trata de enviarle, antes se le
ha tomado aún en ello resolución, y todo va así que pare-
ha mandado que no lo haga sin otra orden, por haber el
ce encantamiento.
día de Santander agarrado una nao con temporal sobre
las amarras estando dentro del puerto, de tal manera que
Pero los consejeros se descargan con decir que no se sigue
tocó en un banco de arena y se abrió por cierta parte de la
su parecer en nada, y los secretarios echan la culpa a su
quilla, de que hizo mucho agua, y aunque esta se le tomó
amo,60 diciendo que su remisión y la intención que en
saliendo la gente de ella, la plata que estaba ya dentro,
todo lleva destruye sus negocios, al fin es llegado el caso
todavía quedó, de manera que dicen que en este tiempo
que ninguno hay que ose decirle, sino lo que siente que
no se debía aventurar navegarle. Y junto con esto sucedió
es su gusto, y con quien priva por este camino anda reca-
el mismo día o al precedente que queriendo Arziniega
tadísimo y más con quien le dice la verdad, pensando
hacerse a largo con las zabras y dos naos para hacer su
que los unos y los otros le engañan. Dios lo remedie que
viaje el siguiente [día], se amotinaron los soldados de una
cierto que es una era la presente que de los que sirven en
de ellas, diciendo que no se habían de alzar las áncoras sin
la Corte, es de tener gran lástima porque ninguno es nada,
que fuesen enteramente pagados, y esto con tanta desver-
aunque es de tenerla mayor de los que sirven lejos, y más
güenza que salieron con ello, y fueron luego satisfechos
de Vuestra Excelencia por ser la carga tanto más pesada
de lo que pretendían, que dicen que no era casi de consi-
que ha sido milagro no haber dado en tierra con ella y lo
deración. Y escribe Arziniega que esta alteración tenía raí-
será grandísimo cada día que se le dilatare. Y aunque to-
ces y que los soldados eran fomentados, y él y otros han
dos lo confiesan así, y lo entiende el Rey, veo que no
sospechado, que por parte de Don Pedro de Valdés se
salen de su paso.
debe haber hecho algún mal oficio para estorbar el viaje a
Con mis últimas cartas envié a Vuestra Excelencia copia
tal que no lo sirviese otro sino el mismo Don Pedro. Y
de dos billetes que postreramente escribí a Su Majestad,
fúndase Arziniega en que el día del motín yéndose a em-
y con esta irá de otros dos que en 17 del pasado [mes] y
barcar él, le salió al muelle el almirante del dicho Don
once de este le envié, y aunque en estos se dice lo mismo
Pedro diciendo que las naos no habían de salir sin que
que en los otros y lo que Vuestra Excelencia le tiene escri-
viniese orden de Su Majestad, después que el dicho Don
to muchas veces, servirán para que no pueda ignorar nada.
Pedro viniese llegado aquí [a Madrid] y dado cuenta del
Y hará tres días que fui al Pardo porque se entendió que
viaje que había hecho a Inglaterra,58 y de la manera que
otro día iba al Escorial, y le hablé tan claro que le dije que
aquellas naos de Santander se hallaban. Y aunque Arzi-
yo no podía entender que Su Majestad tuviese por ver-
niega le respondió que él la tenía de Su Majestad para lo
dad lo que Vuestra excelencia le escribía del estado de las
que había de hacer, pasó adelante el almirante con su opi-
cosas de ahí ni lo que yo le había dicho, pues no acudía
nión hasta hacerle protestas, de donde los soldados y
[Su Majestad] a ellas como era menester. Y que me decía
marineros con la poca gana que tenían de salir tomaron
el Inquisidor general61 y el presidente del Consejo real y
ocasión para amotinarse. Visto esto ha mandado el Rey
Garnica que ellos le habían ofrecido medios muy hones-
que no se haga el viaje sin otra orden, y que vaya un caba-
tos para que se proveyese ahí algún dinero, y que Su
llero a averiguar la culpa de esto y castigarle, el cual está
Majestad no se contentaba de nada por pensar que le en-
ya nombrado, y mandado que los de la Hacienda bus-
gañaban todos por la comodidad que de ello se podía
quen créditos en que enviar los 150 mil escudos que en
estos navíos habían de ir, y aunque esta resolución se tomó
seguir a los de esta provisión, y que se desengañase si pen-
más ha de doce días, no se han podido hallar créditos ni
saba que lo de ahí se podía llevar por este si no a puro
hay quien los dé si no es con condiciones tan infames
dinero, (...) que de aquí adelante no se podía esperar nin-
como las de la tregua de Francia.
guna buena nueva de esos estados sino la pérdida y ruina
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